Este Sábado 24 de Agosto se inauguró
la Exposición “Pesos Ligeros: Diez años de Grandes Éxitos” de los Artístas
Plásticos Oscar Umpiérrez y Marcial Patrone. Aquí van unas palabras sobre la
experiencia. También dialogo con la reseña que hace Rafael Juárez Sarasqueta en
el folleto.
Diseño de folleto: Nacha Valenti.
Oscar Umpiérrez
Al caracterizar Rafael Juárez
Sarasqueta a las piezas de Oscar Umpiérrez, entre otros conceptos habla de “rasgos
simpáticos”, “carácter lúdico” y “piezas de humor ambiguo”. Coincido. De hecho,
mi primera sensación fue de humor y ternura. Y a poco tiempo de haber leído ese
ensayo magnífico de Bergson que es “La Risa”, me es obligatorio citarlo:
“No hay comicidad fuera de lo propiamente
humano. Un paisaje podrá ser hermoso, armonioso, sublime, pero nunca risible.
Nos reiremos de un animal, pero porque habremos descubierto en él una actitud
de hombre o una expresión humana” (Trad. Rafael Blanco)
Son piezas en donde la base de adoquines
de granito se une a zapatitos de plomo o de madera, cepillos, piezas de bronce, para conformar un resultado “humanoide”,
y la dimensión pequeña, así como la proporción caricaturesca, pueden explicar
esa primera reacción humorística.
Pero estas esculturas pueden ser,
como afirma Juárez Sarasqueta, también inquietantes. Siniestras, diría yo, casi
al modo Freudiano, en ese sentido de lo siniestro como la instancia en donde se
interceptan dos dimensiones de lo conocido, y colisionan en la percepción del
espectador. Y se debe a la misma razón por la que despiertan humor y ternura:
porque hay algo de humano,
generalmente un atributo con una fuerte carga simbólica (dichos pies, escudos,
cresta, moñas, dientes) que si bien obviamente conforman con los adoquines las
piezas terminadas, también sugieren un proceso cristalizado: ¿qué hacen
estas extremidades, aquel peinado, saliendo,
aflorando de la piedra? ¿O son acaso
transformaciones de la piedra misma?
Juárez Sarasqueta relaciona el plomo
de los implantes con la Alquimia. Por otro camino, también pude acercarme a
cierta interpretación esotérica. En principio, las esculturas me recuerdan al
Arquetipo del Gnomo: no sólo por su tamaño y sus zapatos como de cuento, sino
que la Piedra misma es atributo de los elementales de la Tierra. Estos seres
mitológicos son representados muchas veces como mineros laboriosos, en contacto
con la materia prima, simple, básica, sólida, una potencialidad patente, como
la de estos adoquines que parecen estar en proceso de trasmutación hacia la
personita. Y si de Elementales y Elementos hablamos, el calzado funciona por
metonimia, como contacto e imagen de la Tierra (recuerdo a Anteo, el Gigante
que perdía su fuerza al ser despegado del suelo).
Sin embargo las esculturas de Umpiérrez, puestas
en conjunto, no están en sociedad de gnomos mineros: sus “roles” son modernos, desde
un “Sheriff, Sheriff” (Donde el nombre y la “postura” de piernas abiertas a lo
John Wayne se unen al Escudo Nacional, interpelando nuestra propia relación con
la autoridad policial) hasta “El último Punky” con su cresta característica; algunos con
mascotas, otros enseñoreándose a partir de sus zapatones (“El Jefe”). Otros,
incluso, al borde del abismo…
"El petiso de traje a rayas al borde del abismo" Oscar Umpiérrez
Marcial Patrone
¿Cómo explicar la calidez afectiva, al tiempo que húmeda, que transmite la obra de
Patrone? Creo que en primer lugar hay que aludir a la memoria y a la materia.
Personalmente, tengo una memoria del
esmaltado, y no soy el único. Todavía en uso en casas de tías y abuelas,
los objetos de hierro esmaltado eran paulatinamente sustituidos cuando yo era
niño, por plásticos y aleaciones, y se empezaban a transformar en recuerdo
vivo. Con esa idea del paso del tiempo contribuye la labor de este artista.
Transcribo parte del texto de Juárez Sarasqueta:
“Objetos anónimos, fabricados en serie, que
adquieren una extraña capacidad de
evocación (…) Con cada golpe certero que (Patrone) da sobre el metal, con
cada uso que hace con la sierra; actuando
a veces como el brazo poderoso del tiempo que aplasta o tuerce o ejerciendo
sólo la presión necesaria para obtener un pliegue delicado, va dotando a cada
pieza de nuevos significados, de una nueva encarnación.” (El resaltado es mío)
¿Y qué es lo que evocan estos objetos
transformados, puestos al descubierto en su esencia material? Pues
precisamente, los usos para los que fueron creados: las actividades húmedas del ser humano. Beber, cocinar, lavarse la cara.
Lo cotidiano, sí, pero en el ámbito de lo doméstico.
Quiero, sin embargo, volver a señalar
que en la obra de Patrone la evocación no parte de los objetos en estado puro. Muy
lejos del Ready – Made, dichos objetos solamente se adivinan a partir de la
materia prima, reunificada ahora en escultura. Y al mismo tiempo, a partir de
formas que el artista se dedica magníficamente a reinterpretar, respetando
armonías originales de un jarro o un pico de caldera para obtener nuevas
expresiones.
Me he centrado en el uso del hierro esmaltado,
para poder justipreciar su relación con la madera o con objetos. Estos, con sus
colores naturales, o bien con pinturas desgastadas, en consonancia con las
tonalidades del esmalte, funcionan como obra y como soporte. (Lo cual señala la importancia que da el artista a la relación orgánica entre ambos)
En suma, Marcial Patrone tiene una
capacidad enorme para lograr lo que los estetas llaman “el extrañamiento”, es
decir, generar un efecto mediante el cual lo conocido se vuelve desconocido.
Por esta razón, se puede apreciar la forma,
con una menor contaminación de los contenidos. La obra de Patrone se
disfruta por etapas: la forma cuasi abstracta, el color, el material que en
labor cuidada junto con dicha forma, genera la evocación del objeto.
"Dual". Marcial Patrone.
El espacio
Con una selección cuidadosa, la obra
de los autores dialogaba muy bien entre sí. De Patrone, fueron elegidas obras, de
las que quedó en evidencia la
pictoricidad, al ser presentadas en las
paredes. En contraste con las obras de Umpiérrez, de las que se abstraía la forma
geométrica del cubo (cuerpo tridimensional si los hay), las de Patrone, que en otra
presentación (por ejemplo, al lado de óleos) hubieran sido vistas desde el
principio como piezas escultóricas, aquí dejaban en evidencia un posible primer
acercamiento bidimensional, a la manera de cuadros.
La Pasionaria Universo creativo
ofreció un espacio ideal, cálido a la vez que cómodo. La Exposición continúa
hasta el 1º de octubre, de Lunes a Viernes de 10 a 18 horas, y los sábados de 11
a 17 hs. La dirección de La Pasionaria (donde hay un precioso café, se pueden
comprar libros y artículos de diseño), se encuentra en Reconquista 587
Horacio Botta
24 / 8 / 2013