domingo, 2 de junio de 2013

Flip Flop en la Zitarrosa

Esta nota no hubiera sido posible sin los amigos de "Océano Blues y Rock´n roll", a quienes agradezco  haber disfrutado de este espectáculo

La banda "Flip Flop" integrada por Gustavo "Mamut" Muñoz (bajo), Freddy Ramos (guitarra) y José Luis Pérez (batería), brindó hace pocas horas el concierto "Atravesando Tiempos", y fue sencillamente brillante. Recalco el "sencillamente", porque es muy posible que bandas de ¿jazz?¿jazz fusión?¿rock instrumental?, se pierdan en el laberinto de las composiciones o improvisaciones, y pierdan también de ese modo al público que los está escuchando. Lejos de esto, voy a escribir un adjetivo que puede resultar odioso, pero que quiero usar sin prejuicios: el concierto de Flip Flop fue entretenido. Entiéndase bien: cuando hablo de entretenimiento, pienso en un arte que regocije al público, a través de un desafío emocional e intelectual. Escuchando a estos músicos, recordé las palabras de Geni Barry, vibrafonista, en su "Manual práctico de Jazz", acerca de la improvisación, pero que pueden aplicarse, creo, a todo tipo de música:

"(Un músico puede) ejecutar temas con todo el rigor y la perfección con que se debe desarrollar, pero ¡cuidado!, a la hora de improvisar les da el mismo trato a todos, e incluso utiliza frases similares en ellos, de tal forma que a  los oyentes les puede parecer muy bien los solos del primer y segundo temas, pero quizá se aburran al escuchar los siguientes. Aunque este intérprete toque muy rápido, ejecute muy bien, etc., las verdades que diga (...) terminarán por aburrir. (...) Por el contrario, un músico muy mentiroso y confuso (la mayoría de las veces poco músico), desarrollará todos sus temas de forma fraudulenta, y acabará por ser un farsante entre aficionados y entendidos, y por otra parte será un enigma o quizás una figura para los no expertos."

Flip Flop dio un espectáculo que mantuvo todo el tiempo la tensión y la atención, con versatilidad en estilos pero también en la ejecución: no hubo posibilidad de aburrimiento. Tampoco usó aquél método farsante del que habla Barry, lleno de floreos incomprensibles: no hubo posibilidad de confusión. 

Estos músicos talentosísimos no abusaron de ese talento. Cada tema era trabajado en escena, variándolo, a veces mutándolo completamente, pero siempre respetando la esencia de lo que se había entregado al público en primera instancia. 

Es fácil que un bajista se pierda en el barullo, que su base sea desaprovechada, sirviendo sólo de "piso" para el resto, y que en contrapartida tenga "su" momento en solitario. La figura del bajista Gustavo Muñoz, en cambio, está presente todo el tiempo. Es un bajista magnífico tanto en los solos como en los ritmos, las variaciones armónicas que desliza oportunamente, los volúmenes, los silencios.

Freddy Ramos es un guitarrista virtuoso en melodías de corte clásico y rockero, en escalas y fugas      interpretadas con fuerza y con dulzura, o en armonías que ensamblan todo el conjunto. Capítulo aparte merece su interpretación en solitario de lo que llamó su "Homenaje a sus pagos", en donde lo criollo y lo contemporáneo empastaron de forma exquisita y emotiva.

¿Y qué me pasó con José Luis Pérez? Que en principio me pareció un maestro del contra tiempo. Tiene la capacidad de estar durante muchos compases rodeando un ritmo, caminando en sus márgenes sin caer en los tiempos principales, pero siempre sugiriéndolos, mostrando que en otro plano la base está siempre firme.  En entrevista con "Océano Blues y Rock´n Roll", señaló un concepto a tener en cuenta para cualquier baterista, y es que la batería se debe tocar desde los pies, hacia las manos, y no al revés. Base. Siempre base. Además, Pérez puede ser sutil o tener la potencia de John Bonham, puede hacer uso de todo un arsenal de  platos sin jamás abusarse del brillo, y todo ello con una coordinación admirable. Freddy Ramos dijo de él en escena que es "El baterista que entiende lo que a otros bateristas les gustaría entender". Hay algo de eso en ese bellísimo caos aparente que de pronto salía de esos palos. Este caos no es desorden, es complejidad, es ese "algo más" que vemos que está ahí, como dije antes, desafiándonos como espectadores.

No hay nada que me dé más satisfacción en un concierto que notar la comunicación entre los músicos. "Flip Flop" es un trío que está ahí como grupo,  de artistas que se comunican y se comprenden, y que por eso dan un espectáculo excelente.

                                                                                                                Horacio Botta

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